¿Cómo educar a mi perro?: el adiestramiento canino

Existen muchas formas de adiestramiento canino, pero ¿cuál es la más adecuada? Te enseñamos alguna de las opciones para que elijas por ti mismo.

Cuando una nueva mascota se incorpora a la familia, una de las mayores preocupaciones de sus dueños suele ser el aprendizaje y la educación (en este caso, estrictamente canino). El bienestar del animal está garantizado y cubierto con creces en el momento en el que cruza la puerta. Pero, el adiestramiento para perros es asumido como una obligación por los propietarios y como una actividad que necesita un desempeño constante. Ahí reside la clave.

Hablamos de un aprendizaje guiado. El adiestramiento puede ser tomado desde dos puntos de vista diferentes: el del desarrollo de unas destrezas concretas (más profesional) o el del aprendizaje de conductas propias para sobrevivir en un mundo de humanos. Es este último en el que nos vamos a fijar. Nuestro amigo de cuatro patas debe asumir como propios y naturales una serie de comportamientos. Y corre de nuestra cuenta enseñárselos. Entre todas las doctrinas de adiestramiento canino actuales, ¿cómo podemos acertar con la ideal?

El adiestramiento canino en positivo

Es uno de los más deseados, aunque no siempre se cumple con su esencia. El adiestramiento canino en positivo es una técnica que busca, ante todo, el bienestar del animal. En este sentido, cabe destacar que no valen los castigos en positivo para corregir la conducta. Es decir, no se pueden aplicar estímulos negativos para que un comportamiento concreto se reduzca. Los que sí son válidos son los castigos negativos: la supresión del refuerzo positivo.

Resulta más sencillo con un ejemplo. Queremos que nuestro perro se siente. Si no lo hace, el castigo en positivo sería darle un pequeño azote, un tirón de correa, etc. Si nos obedece, después de dedicarle unas palabras de ánimo, tenemos que reforzar el comportamiento con un premio (una golosina canina, un juguete). En este caso, el castigo negativo sería retirar esa recompensa hasta que el animal no haga lo que le hemos pedido. Atento al siguiente vídeo:

El adiestramiento tradicional

Este tipo de aprendizaje canino era el dominante hasta no hace mucho tiempo. Es conocido por todos, seamos o no dueños de perros, porque lo vemos a diario en la calle o en casa de más de uno de nuestros conocidos. Y es el que se sirve de los llamados castigos en positivo para reducir y eliminar las conductas que se quieren evitar.

Con otro ejemplo, lo verás más claro. No queremos que el animal se suba a la cama así que, cada vez que le vemos hacerlo, tiramos del collar para obligarle a bajar o le gritamos hasta que se sienta molesto y baje por sus propios medios. La idea es que el perro asocie este estímulo con subirse a la cama y acabe por omitirlo. La realidad es que no siempre vamos a estar presentes para evitar esta conducta y el castigo en positivo acabará por convertirse en el refuerzo de otro comportamiento. Es decir, se subirá a la cama cuando no estemos para regañarle.

Algunas personas consideran este tipo de aprendizaje como un maltrato para el animal. En ocasiones, se utilizan instrumentos como los collares de adiestramiento (por ejemplo, cubiertos de púas) para aplicar los castigos en positivo. De esta manera, el bienestar del perro se ve, por unos segundos, amenazado. En cualquier caso, se trata de una técnica que necesita mucha dedicación y cuidado, precisamente, para que el animal no se sienta amenazado.

Agility, para perros “en forma” conductual

Una modalidad en auge que asegura el entretenimiento tanto para el animal como para su dueño. Si bien es cierto que está especialmente indicado para reeducar a perros con problemas de conducta, no es un adiestramiento de aprendizaje como tal. El Agility es una disciplina deportiva, una especie de deporte canino, que ayuda a corregir y mejorar la disciplina.

Su funcionamiento es sencillo: el animal debe recorrer un circuito de obstáculos siguiendo las órdenes que le va dando su guía. Mejora la obediencia del animal y el vínculo con su dueño.

Otras soluciones de adiestramiento canino

El adiestramiento en positivo, con la técnica adecuada, puede ser muy útil si nuestro perro es dócil y le dedicamos el tiempo necesario. Pero ¿qué pasa cuando la personalidad de nuestro mejor amigo es de las fuertes, agresivas o nerviosas?. Algunos dueños se ven sobrepasados ante el carácter de sus mascotas y ven imposible enseñarles cualquier comportamiento. En estos casos, la ayuda de profesionales suele ser la mejor recomendación. Los adiestradores con experiencia pueden ayudarnos a controlar y guiar las conductas de nuestros animales, a través de las técnicas más adecuadas.

Si aún te preguntas cómo educar a tu perro, el siguiente vídeo puede convencerte definitivamente.

¿Cómo educas a tu perro? ¿Eres defensor del adiestramiento en positivo?